1998 - Anfiteatro municipal. J. P. Monti. Villa María. Córdoba. Argentina.

Sábado 23 de mayo

  1. Intro
  2. Rock para el negro Atila
  3. Un ángel para tu soledad
  4. El pibe de los astilleros
  5. Rock para los dientes
  6. Nuestro amo juega al esclavo
  7. Salando las heridas
  8. Fanfarria del cabrío
  9. Noticias de ayer
  10. Todo un palo
  11. Maldición va a ser un día hermoso
  12. Nadie es perfecto
  13. Mi perro dinamita
  14. Botija rapado
  15. Blues de la artillería
  16. Nene nena
  17. La dicha no es una cosa alegre
  18. Cruz diablo
  19. Juguetes perdidos
  20. Rock de las abejas
  21. Un tal B. Bardot
  22. Vamos las bandas
  23. Jijiji
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Calidad técnica: Aire

¨...Villa María, Córdoba. Una hora antes de comenzar el show, el Indio Solari se dirigió anteanoche a las 15.000 personas que ya colmaban el Anfiteatro Municipal Centenario. "Lo que pasó lo único que hace es adelantar el final de una banda que tiene muchos años. Que lastimen algunos de ustedes no vale en ningún recital de rock and roll".
Cerca de las 21 del sábado, la banda subió al escenario y otra vez la fiesta "ricotera" fue completa. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, el mito viviente más grande de rock nacional, escribió otro capítulo en su historia.
Un capítulo con diferentes apreciaciones. Triste, si se tiene en cuenta que los incidentes entre una pequeña porción del público y la policía cordobesa dejaron un salde de cerca de 50 heridos y 25 detenidos. Bueno musicalmente, porque si bien no fue el mejor show que hayan hecho los Redondos, las canciones, la potencia y el espíritu siguen intactos. Espectacular, por la gente, el color, y ese apasionado amor incondicional que existe entre la banda y su gente, que hace de los recitales un verdadero rito festivo.
La apertura estuvo a cargo de "El rock para el negro Atila". Y de allá en más, una batería de rocanroles para felicidad de un anfiteatro desbordado.
"Nuestro amo juega al esclavo", "Luzbelito" y "Juguetes perdidos", fueron algunos de los primeros momentos calientes. Luego llegarían "Salando las heridas", "Nene, nena" y "Mi perro dinamita" entre otros. El final fue para "Vamos las bandas" y "Ji ji ji". Locura, excitación, amor, comunión, sentimiento. Palabras exactas, pero que describen poco a la hora de reflejar lo que ocurre en el clímax de un recital de Los Redondos.
En completo orden, los chicos que habían "tomado" Villa María comenzaron a desandar el camino. Cansados, pero felices de haber sido testigos de otro show de los Redondos.
El mito sigue de pie. Sin tocar en Buenos Aires desde hace más de tres años y movilizando a su fiel público por el interior del país. Historias que se recordarán y se agigantarán con el paso del tiempo, para intentar explicar el fenómeno Redondos. Algo tan inexplicable como la remera de uno de los jóvenes que llegó a Villa María, con la inscripción "Si Evita viviera, sería ricotera..."